''Un juez dictamina que las Pringles no son patatas fritas''
• El fallo exime al producto del IVA que se aplica a los 'snacks' salidos del tubérculo
Tienen un color y una textura uniformes y una forma regular "que no se encuentra en la naturaleza"; se venden en un envase cilíndrico de cartón, y, lo más importante, la patata representa solo el 42% de su composición. Estos son los argumentos que han llevado a un magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales a dictar una sentencia que determina que los aperitivos de la marca Pringles no pueden ser considerados patatas fritas. Muchos lo sospechaban. Ahora ya es oficial.El dictamen judicial sobre la naturaleza de las Pringles es algo más que una anécdota curiosa. Entre otras cosas, porque exime a la empresa Procter & Gamble, fabricante de las falsas patatas con forma de silla de montar, de pagar millones de libras esterlinas en concepto de IVA. Según el sistema impositivo británico, a las patatas fritas de bolsa se les aplica un IVA de tipo estándar, esto es, del 17,5%. En cambio, otros aperitivos, como las galletitas saladas, se benefician de un IVA reducido del 5%. Por esa razón, los responsables de Procter & Gamble decidieron emprender una batalla judicial encaminada a liberar a su producto de la carga fiscal de la patata frita.En la sentencia emitida el viernes pasado por un juez británico apropiadamente llamado Justice Warren, ha resultado fundamental el proceso de fabricación del producto así como su composición. Las Pringles se elaboran a partir de una masa hecha con patatas deshidratadas, harinas de maíz y de arroz, almidón de trigo y agua a la que se añaden, entre otros aditivos, sal, grasas y emulsionantes y que se fríe posteriormente en aceite vegetal.
• El fallo exime al producto del IVA que se aplica a los 'snacks' salidos del tubérculo
Tienen un color y una textura uniformes y una forma regular "que no se encuentra en la naturaleza"; se venden en un envase cilíndrico de cartón, y, lo más importante, la patata representa solo el 42% de su composición. Estos son los argumentos que han llevado a un magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales a dictar una sentencia que determina que los aperitivos de la marca Pringles no pueden ser considerados patatas fritas. Muchos lo sospechaban. Ahora ya es oficial.El dictamen judicial sobre la naturaleza de las Pringles es algo más que una anécdota curiosa. Entre otras cosas, porque exime a la empresa Procter & Gamble, fabricante de las falsas patatas con forma de silla de montar, de pagar millones de libras esterlinas en concepto de IVA. Según el sistema impositivo británico, a las patatas fritas de bolsa se les aplica un IVA de tipo estándar, esto es, del 17,5%. En cambio, otros aperitivos, como las galletitas saladas, se benefician de un IVA reducido del 5%. Por esa razón, los responsables de Procter & Gamble decidieron emprender una batalla judicial encaminada a liberar a su producto de la carga fiscal de la patata frita.En la sentencia emitida el viernes pasado por un juez británico apropiadamente llamado Justice Warren, ha resultado fundamental el proceso de fabricación del producto así como su composición. Las Pringles se elaboran a partir de una masa hecha con patatas deshidratadas, harinas de maíz y de arroz, almidón de trigo y agua a la que se añaden, entre otros aditivos, sal, grasas y emulsionantes y que se fríe posteriormente en aceite vegetal.
CIENCIA FICCIÓN
El ingeniero que diseñó la máquina en la que se cocinan las seudopatatas es el prolífico escritor estadounidense de ciencia ficción Gene Wolfe, autor de la pentalogía El libro del sol nuevo, muy celebrada por los amantes del género.Las Pringles, cuya receta original se atribuye al inventor Alexander Liepa, empezaron a comercializarse en Estados Unidos en 1968 y se hicieron populares a partir de la segunda mitad de los años 70. En la actualidad, se producen con más de 45 sabores diferentes (existe una variedad con sabor a consomé) y se venden en más de 100 países.